miércoles, 20 de junio de 2012

¿Yo?...¡Argentino! (Parte I)

Día de la bandera en Río Grande, Tierra del Fuego
El argentino podrá ser lo que sea, pero nunca pasa desapercibido. Podemos ser odiados y amados al mismo tiempo. Siempre se habla de nosotros, sea bien o sea mal. Pero, ¿Qué tiene el argentino que lo hace "especial? ¿Cómo es un argentino?

Los extranjeros suelen comentar que el argentino es soberbio, que se cree el mejor del mundo, sin embargo es el primero en criticar a un argentino.Para todo el mundo, Lionel Messi es el mejor futbolista, no obstante en nuestro país es un "español", un "pecho frío", o que "juega bien sólo en Barcelona". Decimos que Maradona es el mejor, pero cuando un extranjero lo alaba decimos que "es un drogadicto". Cuando afuera nos hablan del Che Guevara, para nosotros es un "zurdo de mierda". Cuando nos hablan de que somos honestos o simpáticos somos los primeros en alertar: "Cuidate, somos todos mentirosos, somos unos chamuyeros".

Ya por el ejemplo anterior notaremos que somos contradictorios. Tenemos un país en crisis, con varios problemas, pero todos eso los arreglamos tomando un café en un bar. Una mesa de café para el argentino es una convención del G-20, en una servilleta organizamos todo, la servilleta es el elemento que puede salvar a un argentino. "Mirá si yo fuera presidente hago esto", "Pfff, esto es re fácil". En esa mesa podemos armar el equipo para ganar el próximo Mundial, armar una estrategia para que ningún chico muera de hambre, encontrar la cura para el cáncer...

El argentino es desconfiado. Cuando le dan el vuelto siempre lo cuenta, cuando le dan un billete se fija si es falso, cuando recibe un gran favor sorpresivo dice "Mmm, por algo lo hace, este anda en algo raro". Sin embargo, toda esa desconfianza entra en contradicción. Para el argentino, todos son sus conocidos: "Maestro, cómo va? Me pasás la hora?", "Che máquina, tenés fuego?", "Capo, tenés un cigarrillo?", "Permiso, amigo".

Diremos que somos los mejores o que somos los peores, pero para nosotros somos únicos, y del resto de mundo no sabemos mucho y tampoco nos interesa saber. Para nosotros los españoles, vascos, catalanes...son todos gallegos. Los coreanos, taiwaneses, japoneses, filipinos...son todos chinos. Los polacos, ucranianos, chechenos...son todos rusos. Los egipcios, iraquíes, iraníes, palestinos, libios, hasta armenios...son todos turcos. Y los senegaleses, sudafricanos, marroquíes...son todos negros.

El argentino es feliz con muy poco. Lo pueden echar del trabajo, le pueden estar serruchando a la mujer, se le puede estar muriendo la madre, pero si su equipo gana no le importa nada. El argentino deja su humor en manos de 11 tipos que patean una pelota durante 90 minutos. Ese tiempo es el que determinará su ánimo durante el resto de la semana. "Por qué estás triste? - Perdimos contra los putos de Chaca, me quiero morir".

El argentino no es muy religioso, pero tiene de Dios a Maradona. Y en esa religiosidad y el fútbol, el argentino está lleno de creencias. El argentino cree en la mufa: "Perdimos por tu culpa, sos un piedra, no te invito más" o al revés "Vamos! Ganamos, todo porque viniste! Más vale que el próximo partido vengas". Cree en los amuletos: "Ganamos porque tengo la estampita de San Expedito".

Dicen que el argentino nunca cumple una promesa. Sin embargo, las promesas verdaderas sólo las hace por fútbol. "Si ganamos voy caminando hasta Luján", "Si ganamos el clásico me pelo", "Si zafamos de descenso te entrego la cola". Y el argentino lo hace y feliz de la vida.

Por último les dejo estas líneas contundentes que encontré:

"Los argentinos son italianos que hablan español.
 Pretenden sueldos norteamericanos y vivir como ingleses.
Dicen discursos franceses y votan como senegaleses.
Piensan como zurdos, y viven como burgueses.
Alaban el emprendimiento canadienses y tienen una organización boliviana.
Admiran el orden suizo, pero tienen un desorden tunecino.
LOS ARGENTINOS SON UN MISTERIO"

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